Me gustaría inaugurar este blog, por la parte que me toca, haciendo un humilde homenaje a mi madre.
Ella, Carmen, es una de las mejores cocineras no profesionales de las que he podido degustar suculentos manjares. Supongo que todos pondremos a nuestras madres por las nubes a la hora de hablar de comida casera, platos típicos y costumbre culinarias que hemos adquirido a lo largo de nuestra estancia en el hogar. Pero mi madre, y no es por fardar, quizá está un puntito por encima del resto.
Gran aficionada a la cocina, empezó desde cero y ha terminado por alcanzar cotas de improvisación e innovación, a partir de platos de todos los días y otros no tan cotidianos, que ya quisieran algunos profesionales del sector. Sin olvidarse, claro está, de la cantidad y la calidad.
Desde que era pequeño me intentó inculcar educación culinaria, lo que me acarreó no poco sufrimiento. Pero a día de hoy puedo decir que agradezco ese esfuerzo, ya sea a la hora de cocinar yo mismo o a la hora de sentarme como comensal.
Actualmente su mayor afición es preparar actos culinarios para reunir a un puñado de amigos y pasar un buen rato degustando frugalidades y compartiendo vivencias en torno a la mesa primero, y con unas copas después. A esto le gusta llamarlo "Casa Carmen".
Si no lo conocéis aún... y algún día os ofrecen la oportunidad de asistir a tan distinguido acontecimiento, aceptar la oferta si dilación. No se puede rechazar.
Un beso muy grande mamá.
Gran aficionada a la cocina, empezó desde cero y ha terminado por alcanzar cotas de improvisación e innovación, a partir de platos de todos los días y otros no tan cotidianos, que ya quisieran algunos profesionales del sector. Sin olvidarse, claro está, de la cantidad y la calidad.
Desde que era pequeño me intentó inculcar educación culinaria, lo que me acarreó no poco sufrimiento. Pero a día de hoy puedo decir que agradezco ese esfuerzo, ya sea a la hora de cocinar yo mismo o a la hora de sentarme como comensal.
Actualmente su mayor afición es preparar actos culinarios para reunir a un puñado de amigos y pasar un buen rato degustando frugalidades y compartiendo vivencias en torno a la mesa primero, y con unas copas después. A esto le gusta llamarlo "Casa Carmen".
Si no lo conocéis aún... y algún día os ofrecen la oportunidad de asistir a tan distinguido acontecimiento, aceptar la oferta si dilación. No se puede rechazar.
Un beso muy grande mamá.